El Nitrógeno (N) junto a otros elementos, como Carbono, Oxigeno e Hidrogeno participan en la constitución
de las moléculas orgánicas fundamentales de la materia viva. Entre los compuestos constituyentes del
organismo, el N forma parte de un grupo de compuestos orgánicos de gran jerarquía biológica a los cuales
están asignadas funciones muy importantes, como lo son las proteínas y los nucleótidos. Este elemento
constituye por si solo el 3% del peso corporal.
En la atmósfera, el N molecular (N2), es muy abundante. Esta molécula es casi no reactiva o inerte debido a
su triple enlace que la estabiliza. Antes de poder ser utilizado por los animales, el N atmosférico debe ser
“fijado” mediante una cadena de reacciones. En primer lugar el nitrógeno debe ser reducido de N2 a NH3
(amoniaco) en un proceso llamado amonificación, llevado a cabo por microorganismos y descargas
eléctricas en la naturaleza. Posteriormente, el NH3 es oxidado a nitritos y nitratos (NO2
-y NO4=) por bacterias saprofitas, proceso llamado nitrificación. En el suelo, estas formas oxidadas son “asimiladas” por
los vegetales incorporando el N a estructuras biológicas, los aminoácidos, proteínas y demás compuestos; de ésta manera este elemento pasa a formar parte de la cadena alimentaría, en la cual el ser humano es un
eslabón más.
El estudio del metabolismo de los compuestos nitrogenados dentro del organismo comprende uno de los
grandes temas de la Bioquímica. En esta guía nos ocuparemos en forma práctica, por un lado del
metabolismo de las proteínas y los aminoácidos; y por otro del metabolismo de nucleótidos
Equilibrio Nitrogenado.
En el ser humano, la principal fuente de sustancias nitrogenadas son las proteínas de la dieta. Como estos
compuestos, a diferencia de carbohidratos y grasas, no se almacenan como reserva, los niveles en las células
se regulan por el equilibrio entre anabolismo y catabolismo, es decir un balance entre biosíntesis y
degradación de proteínas, a lo que también se conoce como recambio normal de proteínas. Por tanto, un
adulto sano que ingiere una dieta variada y completa se encuentra generalmente en situación de “equilibrio
nitrogenado”, un estado en el que la cantidad de nitrógeno ingerida cada día es equilibrada por la cantidad
excretada por heces, orina y sudor, sin que se produzca ningún cambio neto en la cantidad de nitrógeno del
organismo. Sin embargo, en ciertas condiciones, el organismo se halla en equilibrio nitrogenado negativo o
positivo (Cuadro 1).